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lunes, 16 de enero de 2017

Reflexión didáctica en la enseñanza




Algunas notas sobre la reflexión didáctica
en la enseñanza
Paloma Arroyo

Con demasiada frecuencia se considera que el hecho de enseñar es asequible a cualquiera que tenga algo que enseñar. Si esto es cierto, todo buen profesional o conocedor de una disciplina académica o de un oficio resulta apto para la enseñanza. De ahí se pasa a medir la profesionalidad del enseñante en función de la dificultad de lo que enseña y a identificar, como si fuese obvio, dificultad de enseñanza con complejidad del conocimiento que se enseña: leer y escribir, o multiplicar, es una enseñanza fácil; enseñar integrales o Historia de España, más difícil; por encima, la enseñanza superior. Sin comentarios: status social y económico asociados a esta visión de las cosas.
En el trasfondo de este planteamiento se encuentran modelos muy consolidados que identifican enseñanza y transmisión de conocimientos -teóricos o prácticos-, eludiendo la consideración de otros factores: quién aprende y cómo, quién enseña y cómo, en qué situaciones, con qué recursos.

Lo cierto es que todo el profesorado maneja implícitamente estos elementos, porque es inevitable, cuando analiza su trabajo, pero quizás porque la mayoría de los enseñantes no hemos sido preparados específicamente para desarrollar esta función -la paradoja de la profesionalidad docente-, no se incorporan con facilidad actitudes rigurosas que vayan introduciendo lo que podríamos llamar la reflexión didáctica, entendiendo por tal la que se interesa, además de por el dominio del objeto de conocimiento de lo que se enseña, por saber cómo se aprende y cómo se enseña de una forma intencional, que no lo deje todo en manos de la improvisación, de la casualidad, de esa especie de lanzar la semilla al aire sin saber dónde va a germinar, ni siquiera si va a germinar.



Este artículo de Paloma Arroyo sobre la reflexión didáctica en la enseñanza, me ha parecido muy interesante ya que expone con claridad un resumen de lo que para mí me parece muy importante a la hora de enseñar;

Nos introduce en el tema poniendo en entredicho cómo a veces se suele confundir la capacidad de enseñar, con el nivel de las asignaturas (cuanto más difícil es la asignatura, mejor es el profesor), pero en realidad, lo importante no es el nivel si no la forma de enseñarlo, conceptos que se suelen confundir y se deja ver que para los profesores a veces sólo importa el peso de la materia y no la calidad educativa necesaria para darla. Para eso hace falta adecuarse a varios factores citados en este artículo que podrían llegar a ser la clave para un buen docente.

En conclusión, reflexionar sobre todos estos ámbitos sería conveniente para el futuro de las generaciones de hoy en día ya que depende en gran parte de la educación y por tanto, del profesorado, pues no sólo importa enseñar conceptos (que en mayor medida se nos pueden llegar a olvidar si no hacemos uso de ellos), sino también educar para la vida. Eso sería ser un buen docente y educador.

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