De acuerdo con el Informe PISA 2018, España ha obtenido los peores resultados en las materias de ciencias desde que arrancó este test en el año 2000, quedando por debajo de la media, con 481 puntos. No obstante, no se ha observado un declive demasiado significativo, pero sí una pequeña bajada al menos en las comunidades punteras en estos tests. Respecto a la posible mejora española en otras ediciones del test, el director de este programa recomienda trabajar también otras facetas más creativas, no solo la memoria. En este artículo se analiza la posible repercusión que ha podido tener la Lomce sobre estos resultados, ya que al aumentar la carga burocrática de la evaluación del alumno, el docente tiene una sobrecarga que repercute en la manera de enseñar. Otro punto que se abarca es el hecho de que por ejemplo, en matemáticas, no hay una disminución de los resultados, pero tampoco una mejora, algo que seguirá así siempre y cuando España siga centrándose en los contenidos y no en las competencias.
En conclusión, España debe intentar cambiar su visión ante la enseñanza si de verdad se quiere una mejora en la educación en este aspecto. En mi opinión, creo que un cambio en el sistema educativo es indudablemente necesario, no solo para obtener un mejor resultado meramente numérico en este test, sino porque se está perdiendo la noción de lo importante que es la educación. Esta se está empezando a tomar como una "obligación" más que como una "necesidad", y con el exceso de nuevas tecnologías el conocimiento en sí está tomando este rumbo, ya que parece que tenemos todo el conocimiento del mundo de manera instantánea, lo que también tiene una gran repercusión en las aulas y por tanto, en los resultados académicos generales en nuestro país. Además, seguimos bastante anticuados en cuanto a la forma de aprender, ya que la memoria sin sentido sigue teniendo más importancia que, por ejemplo, la resolución de problemas de todo tipo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario