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domingo, 30 de enero de 2022

EXÁMENES A DISTANCIA, COMO EVITAR LAS TRAMPAS SIN VIOLAR EL DERECHO A LA INTIMIDAD

 EXÁMENES A DISTANCIA: CÓMO CONTROLAR LAS CHULETAS SIN VIOLAR EL                                                                      DERECHO A LA INTIMIDAD

La Universidad española ha optado este curso por la presencialidad intentando evitar el aprendizaje a través de una pantalla. Las clases y exámenes deben hacerse cara a cara. Pero esto no impide que algunos centros privados online, como el CEU, la Oberta de Catalunya o la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR), continúen todavía con las pruebas a distancia.
Los sistemas utilizados para evitar que los alumnos hagan trampas en los exámenes sigue levantando polémica. El problema recae en conciliar la vigilancia de estas pruebas en línea garantizando al mismo tiempo la privacidad de los estudiantes.


Desde el inicio del curso pasado, más de 200 alumnos de la UNIR, con más de 55.000 estudiantes, están en contra de la decisión de variar el modo de realizar la vigilancia de los exámenes a distancia. Desde el inicio de la pandemia UNIR otorgó a sus alumnos la opción de hacer los exámenes  en línea. A día de hoy todavía se mantiene esa opción aunque no es obligatoria. En Mayo del año pasado, el centro dio impulso a un proyecto piloto llamado proctoring que consiste en monitorizar al alumnado que está realizando el examen a través de la cámara del ordenador y también poder visualizar su escritorio. Esto implicaba que los estudiantes tuvieran que descargarse un programa software de nombre Smowltech, cinco días antes del examen con lo que se activaba el reconocimiento facial del alumno y el sistema de datos biométricos. Con la ayuda del sistema la universidad podía controlar remotamente cualquier movimiento del alumno tanto en su habitación como en su ordenador incluso se podía saber si había alguien más con él en la estancia.


Esto provocó una gran cantidad de quejas por parte de los estudiantes y de la Asociación de Estudiantes Universitarios por la Defensa de Los derechos fundamentales Huxir denunciando la falta de privacidad por el uso de dicho sistema a la Agencia de Protección de Datos y esta impuso a la unir una resolución de advertencia. "La UNIR aceptó suspender el módulo de reconocimiento facial e inteligencia artificial, que es lo que violaba la normativa, y dejó solo la cámara", explica el portavoz de esa asociación, José María Casas.


La queja de los estudiantes fue que el programa permitía que la UNIR pudiera acceder a cualquier elemento de su escritorio.


Otra opción propuesta fue la de usar dos cámaras, una para controlar al estudiante y otra para poder controlar su escritorio y así garantizar la veracidad de la prueba.
Pero la polémica no ha terminado. Este diciembre, la UNIR informó a los alumnos que de cara a los exámenes a distancia de febrero sería necesario que se instalaran dos cámaras. En el caso de que no fuera posible, el estudiante debería escanearse un QR que da acceso a la cámara del móvil. "Esto es súper invasivo porque ya no es que estés mostrando tu cara o tu ordenador sino que encima tienes que meter un paneo lateral que muestra toda tu habitación", explica Casas.

 

Un informe técnico del Ministerio de Universidades también ponía reparos al proctoring por costoso y por no poder garantizar que intervengan terceras personas. De hecho, en la Universidad pública se descartó utilizar sistemas de reconocimiento facial por protección de datos, a pesar de que las universidades de León y Burgos lo usaban anteriormente.


Otras universidades a distancia, como la UOC, utilizan métodos de identificación facial a través de la fotografía del DNI contrastada con la imagen del estudiante a tiempo real. Mientras en el CEU, los alumnos se examinan bajo la supervisión de una herramienta de vigilancia remota llamada Respondus. Este sistema tiene un porcentaje de aceptación de más del 97% por parte de los estudiantes, según informa esta universidad privada.

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